Desde el 20 de diciembre, los trabajadores de Starbucks en Estados Unidos han iniciado una huelga para protestar por sus bajos salarios y las condiciones laborales que enfrentan. Este movimiento ha suscitado interrogantes sobre cómo opera Starbucks en otros países, especialmente en México, donde la situación es notablemente diferente.
La huelga y sus demandas
La huelga, que ha afectado a más de 300 tiendas en varias ciudades estadounidenses, es liderada por el sindicato Starbucks Workers United. Los empleados exigen mejoras salariales y mejores condiciones laborales, especialmente durante la temporada navideña, un periodo crucial para la cadena. La protesta ha ganado atención en redes sociales, donde algunos usuarios han comenzado a boicotear la marca con el hashtag #AdiósStarbucks, en parte como respuesta a comentarios del expresidente Donald Trump sobre la construcción de un muro fronterizo.
Starbucks en México: un modelo diferente
En México, Starbucks tiene una presencia considerable con casi 800 tiendas en 61 ciudades, operadas por el Grupo Alsea, un conglomerado mexicano que adquirió el control total de la marca en 2013. A diferencia de su contraparte estadounidense, los empleados de Starbucks en México no están organizados en sindicatos, lo que ha llevado a una ausencia de huelgas similares.
El Grupo Alsea es un actor importante en la industria de restaurantes y comercio minorista en América Latina, gestionando también otras marcas reconocidas como Domino’s Pizza y Burger King. Con más de 67,000 empleados a nivel global y aproximadamente 44,000 en México, Alsea se ha consolidado como un líder regional.
Estructura laboral y sus regulaciones
Una de las diferencias clave entre las operaciones de Starbucks en Estados Unidos y México radica en las regulaciones laborales. En México, la empresa ha operado sin las mismas presiones sindicales que enfrentan sus contrapartes estadounidenses, ya que gestiona las condiciones laborales y los salarios bajo un marco diferente. Esto significa que los trabajadores mexicanos pueden no experimentar las mismas luchas por derechos laborales que sus colegas en EE. UU.
Mientras los empleados estadounidenses luchan por mejores salarios y condiciones, la situación en México muestra un panorama distinto debido a la estructura operativa del Grupo Alsea y la falta de sindicatos. Este contraste invita a reflexionar sobre cómo las políticas corporativas pueden variar entre países y cómo estas diferencias afectan a los empleados a nivel global.
