Tras casi nueve años de negociaciones, el gobierno mexicano y la Unión Europea (UE) han cerrado las conversaciones para modernizar el Acuerdo Global entre ambas partes. Este acuerdo, que ha sido un pilar fundamental de las relaciones económicas y políticas entre los dos bloques, adquiere nueva relevancia en un contexto internacional marcado por la incertidumbre comercial generada por las amenazas de aranceles impuestas por Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump.
A pesar de que la Secretaría de Economía de México aún no ha confirmado oficialmente el cierre de las negociaciones, la UE ha anunciado que el proceso ha concluido con el acuerdo de las partes involucradas, tras el compromiso político alcanzado entre Maroš Šefčovič, comisario de Comercio y Seguridad Económica de la UE, y Marcelo Ebrard Casaubón, titular de la SE. Esta modernización representa un avance significativo para ambas regiones, estableciendo un marco más amplio y ambicioso que busca profundizar las relaciones económicas, comerciales y geopolíticas entre México y la UE.
Oportunidades y retos económicos entre México y la Unión Europea
El acuerdo modernizado busca ampliar las oportunidades económicas para ambas partes. Uno de los principales objetivos es facilitar el comercio de productos clave, como las exportaciones agroalimentarias de la UE hacia México, además de incrementar las oportunidades en servicios y contratación pública. La UE ha señalado que este acuerdo refleja la voluntad compartida de promover una economía más transparente, combatiendo la corrupción en los sectores público y privado mediante normas progresistas.
Asimismo, se establece un enfoque conjunto para abordar desafíos globales como el cambio climático, la reducción de los riesgos en las cadenas de suministro y el aseguramiento de un suministro sostenible de materias primas críticas. Este acuerdo también establece un compromiso con los derechos humanos, el multilateralismo y la paz, lo que subraya la importancia de la cooperación estratégica más allá de los intereses económicos inmediatos.
Avances en sostenibilidad y otros ámbitos
La modernización del Tratado de Libre Comercio entre la UE y México (TLCUEM), vigente desde el año 2000, incorpora nuevas dimensiones hacia los objetivos de sostenibilidad y emisiones cero. De esta manera, se refuerzan los compromisos en áreas clave como la lucha contra la delincuencia organizada transnacional, la migración y la igualdad de género. Estos avances también incluyen nuevas reglas para la exportación de vehículos eléctricos y baterías a México, en un intento por adaptarse a los cambios en el sector energético que marcaron la administración pasada.
Aunque se alcanzó un acuerdo en varios frentes, algunos obstáculos continuaron retrasando las negociaciones. Entre ellos, la disputa por las indicaciones geográficas o denominaciones de origen, un punto delicado en las negociaciones que involucraba productos como la champaña francesa, que es reconocida legalmente como originaria de una región específica de ese país. Además, las normas de contenido local en productos como vehículos eléctricos y baterías requerían ajustes para adaptarse a las realidades de los mercados actuales.
Datos clave y contexto internacional
El comercio bilateral entre México y la UE ha mostrado un crecimiento sostenido. En 2023, el comercio de bienes alcanzó un valor de 82 mil millones de euros, mientras que el comercio de servicios ascendió a 22 mil millones de euros en 2022. Estos datos posicionan a México como el segundo socio comercial más importante de la UE en América Latina, lo que subraya la relevancia estratégica de este acuerdo.
La modernización del acuerdo llega en un contexto global donde tanto México como la UE enfrentan desafíos derivados de las políticas comerciales proteccionistas de Estados Unidos. La amenaza de Trump de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas ha puesto en evidencia la necesidad de diversificar las relaciones comerciales y reducir la dependencia de las importaciones asiáticas. En este sentido, el Acuerdo Global modernizado ofrece una plataforma más sólida para contrarrestar esas presiones y mejorar la cooperación económica a largo plazo.
A pesar de la conclusión de las negociaciones, el acuerdo aún debe ratificarse tanto por la UE como por el gobierno mexicano. En el caso de México, la ratificación debe pasar por el Senado de la República, lo que puede demorar su implementación final. A medida que la administración de Claudia Sheinbaum asume el liderazgo en el país, la presidenta electa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, expresó su interés en continuar trabajando con la nueva administración mexicana para profundizar la cooperación.