Por: Eduardo Rivera S.
Presidente del Consejo Editorial de Mundo Ejecutivo
Hablar del Tianguis Turístico es hablar de la evolución del turismo en México. Desde su creación en 1975, este evento ha sido el foro más importante para la promoción de nuestros destinos a nivel internacional. Recuerdo haber asistido por primera vez hace más de una década, cuando el evento seguía siendo un escaparate nacional. En ediciones recientes, el tianguis ha logrado reunir a más de 40 países y ha congregado a representantes de todos los continentes, registrando transacciones millonarias que lo han convertido en una plataforma estratégica para atraer inversiones y fortalecer alianzas. Su impacto no es menor: en cada edición se generan miles de citas de negocios, evidenciándolo como el motor de proyección
internacional del turismo mexicano.
Cada año, el Tianguis Turístico atestigua que este sector puede ser uno de los motores económicos más potentes. Por ejemplo, la edición de 2024 en Acapulco fue un ejemplo de resiliencia, mientras que el 2025, con Baja California como anfitrión, promete ser un parteaguas para la innovación turística y representa la oportunidad de demostrar que somos capaces de innovar y conquistar nuevos horizontes. Y es que al llegar al Tianguis Turístico, lo primero que se percibe no son solo los stands ni las cifras que circulan en las conferencias sino la atmósfera de oportunidad. Este evento es, sin duda, el termómetro del turismo en México.
Desde mi perspectiva, y tras haber tenido la oportunidad de observar de cerca estas dinámicas, creo que es momento de reflexionar sobre lo que ha funcionado, lo que puede mejorar y cómo podemos seguir llevando a México a ocupar un espacio primordial en el mapa internacional del turismo. Ahora, la gran pregunta es: ¿estamos preparados para cumplir esas expectativas?
Acapulco 2024: resiliencia y renacimiento
A pesar del devastador impacto del huracán Otis, la edición 48 del Tianguis Turístico, celebrada del 8 al 12 de abril de 2024, demostró la capacidad de Acapulco para levantarse. Fue impresionante ver cómo este destino, con décadas de historia turística, logró reunir a 43 países, 293 empresas (168 nacionales y 125 internacionales) y más de 35,000 citas de negocios. Según la Secretaría de Turismo, las transacciones comerciales generaron un estimado de 438 millones de pesos, aunque esto representa apenas una fracción de lo que realmente se movió en el evento.
Más allá de los números, lo que realmente sobresalió fue la ocupación hotelera, que alcanzó el 79.6% durante la semana del evento, un incremento de 13.2 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Sin embargo, no todo fue perfecto. En los pasillos se escucharon críticas sobre la falta de promoción en mercados clave y una logística que dejó espacio para mejoras. Pero, como bien se dice, los grandes desafíos también traen grandes aprendizajes.
Baja California 2025: innovación en el horizonte
Con el testigo en mano, Baja California se prepara para la edición 49 del Tianguis Turístico, que se celebrará del 28 de abril al 1 de mayo de 2025 en el Baja California Center, en Rosarito. Un cambio de sede que no es solo geográfico, sino simbólico: Baja California representa una nueva cara del turismo mexicano, con su mezcla de paisajes desérticos, costas espectaculares y una gastronomía que ya ha conquistado a medio mundo.
Se espera la participación de las 32 entidades federativas, más de 900 empresas expositoras y compradores provenientes de los cinco continentes. La edición de este año tiene el reto de no solo igualar los números de Acapulco, sino de superarlos con innovación y propuestas frescas. En mi experiencia, este tipo de eventos van más allá de ser solo vitrinas de promoción; son plataformas para generar alianzas estratégicas que realmente transformen el sector, como lo comenté en mi columna anterior sobre mi experiencia en la FITUR 2025, en Madrid, España, hace apenas unos días.
Aprender de lo hecho y mejorar en el camino
Mientras Acapulco 2024 se destacó por su resiliencia y capacidad de recuperación, Baja California 2025 tiene la oportunidad de ser vanguardista y liderar con creatividad. La transición de un destino icónico a uno emergente ofrece una dinámica interesante que, si se maneja de la manera adecuada, puede atraer a diferentes segmentos de mercado y poner en alto a México como destino diversificado.
Ahora bien, el éxito no está garantizado por sí solo. En ediciones pasadas, hemos visto que una logística inadecuada o una falta de estrategia clara puede minimizar el impacto de estos eventos. Si algo nos enseñó Acapulco es que los resultados dependen de la capacidad para adaptarse a los retos, sortear los obstáculos y aprovechar las oportunidades. Baja California tiene todo para triunfar, pero necesitará trabajar en aspectos tan trascendentales como la conectividad, la promoción internacional y, por supuesto, en ofrecer una experiencia inolvidable tanto para los expositores como para los asistentes.
Lo que podemos esperar
Bien visto y puesto, el Tianguis Turístico es una declaración de intenciones. Acapulco 2024 nos mostró cómo el turismo puede ser un motor de esperanza y fortaleza, mientras que Baja California 2025 tiene la oportunidad de demostrar que estamos al día en innovación y diversidad turística.
Como empresario, estoy convencido de que el turismo es una de nuestras mayores fortalezas, pero también sé que el éxito depende de nuestra capacidad para evolucionar y adaptarnos. El Tianguis Turístico 2025 tiene todos los ingredientes para ser un evento inolvidable. La pregunta es: ¿estamos listos para aprovecharlo al máximo? Espero que la respuesta sea un rotundo sí.